Flúor y salud dental

Ya sabemos que lavarnos los dientes, utilizar un enjuague bucal adecuado e incluso usar el hilo dental son claves para mantener una higiene bucodental óptima. De esta manera, no sólo prevenimos la molesta caries, sino también otras enfermedades como la gingivitis o las enfermedades periodontales.
Si hay un elemento antibacteriano que ayuda a combatir la caries en nuestra higiene bucal, ése es sin duda el flúor, el cual encontramos no sólo en las pastas dentales que usamos en nuestra higiene diaria, sino que también está presente en alimentos como ciertos tipos de pescado, en las espinacas, la col, el té o algunos cereales.
El flúor es un mineral nutritivo que remineraliza la estructura del esmalte dental de forma que se convierte en un potente agente antibacteriano, un protector ante el ataque de las bacterias que causan la caries (Streptococcus mutans), evitando que éstas se adhieran a la placa dental.
Precauciones con el flúor
Está claro que el flúor en dosis adecuadas es beneficioso tanto para los dientes como para el organismo, pero ingerido en exceso o usado en exceso en la acción del cepillado puede resultar perjudicial para nuestra salud dental y para nuestra salud general.
En lo que se refiere a los dientes, el exceso de flúor puede provocar una desmineralización y pérdida de calcio en el esmalte, provocando que los dientes se debiliten y los ácidos y bacterias puedan provocar manchas o incluso que se puedan partir las piezas dentales. A este efecto se le conoce como fluorosis dental.
Las pastas dentífricas no deben llevar más de 1000 ppm de flúor y nos debemos cepillar con movimientos cortos y suaves (no más de 2 minutos). Si la cantidad de flúor en la pasta dentrífica es mayor o el cepillado es agresivo y demasiado largo, el flúor, en vez de protector dental, se puede convertir a la larga en un problema, ya no sólo por la posible aparición de fluorosis dental, también existe el riesgo de desgaste, con posibles particiones de piezas dentales y pérdidas de las mismas.
En cuanto al organismo, la ingesta de flúor en exceso puede debilitar nuestros huesos, acarrear problemas en las mucosas intestinales o incluso está asociado a algunos trastornos moderados en el cerebro (debilita las facultades mentales).
Por este motivo, se aconseja que los niños hasta los 2-3 años no usen pastas dentales con flúor para su cepillado o higiene bucal, dado que ellos, hasta pasada esa edad, no controlan el acto de tragar o escupir, y para ellos la ingesta de flúor es mucho más dañina que para un adulto.
Por todo esto y para más información sobre el flúor y los niños, aconsejamos se consulte con la odontopediatra, que en el caso de Centro Odontológico Dr Puchol siempre instruye a las mamás perfectamente en este tema.